Nos acercamos al día de las elecciones el 6 de noviembre con un gran sentido de división en nuestro país. Los estadounidenses se han mostrado reacios a discutir las políticas y el gobierno por temor a alienar u ofender a vecinos y amigos, o en cambio han abrazado la retórica de la división y el tribalismo. Para algunos esto se traduce en una sensación de cansancio con nuestro experimento nacional de democracia, o al menos la forma en que la democracia está incorporada en nuestro sistema político.
El condado de Todd tiene una de las tasas de votación más bajas en Minnesota, junto con un grupo de otros condados rurales. Esto no solo es importante para las razas nacionales y estatales de alto perfil, sino también para la participación de las personas en su gobierno local. Muchos han renunciado a votar debido a nuestro discurso disfuncional y la sensación de que el individuo no importa. Quienes trabajamos para encontrar soluciones políticas debemos ganarnos su confianza, no solo en nuestras ideas sino en el valor de nuestro sistema democrático.
En el día de las elecciones, considere votar como algo que hacemos para que vivamos en una sociedad libre, en lugar de una cuestión de si nuestro voto único cambia el balance en la cuenta final. Votar es tanto un reconocimiento ceremonial de nuestro patriotismo como un sistema que solo funciona cuando participan grandes mayorías.
Los próximos meses y años seguramente nos presentarán muchos más momentos desalentadores de vitriolo en nuestro diálogo nacional, pero para aquellos con buena fe en nuestro país, esta elección será un momento para ajustar el rumbo hacia enfoques más civiles. Ponga un ejemplo que esperaría ver, en lugar de cultivar quejas por delitos de celebridades políticas. Considere las discusiones con quienes difieren de usted como oportunidades para explicar una perspectiva en lugar de convertir a la persona a su opinión, y escuche a los demás de buena fe con su propia buena fe.
Vota con la pasión de tus convicciones, pero también con la alegría de la ciudadanía.
Alan Perish